Karen Kimsey-House – Cinco Días.com
La situación de crisis económica ha hecho que dejemos atrás el negocio de siempre y apostemos por un cambio de conciencia global. Una gran parte de las bases de nuestra sociedad está evolucionando y ahora es el momento de improvisar un nuevo movimiento que nos permita avanzar y mejorar. Líderes de todos los ámbitos, empresarial y espiritual, han reconocido este momento como una gran oportunidad para transformarse. El contexto de este último año nos sitúa en una encrucijada: o nos dejamos dominar por las circunstancias o nos modelamos y cambiamos frente a los retos que se plantean.
Las compañías de hoy en día tienen la oportunidad de dar un paso más y desprenderse de estructuras organizativas obsoletas. La gestión de arriba abajo, eficaz durante la era industrial, ya no es adecuada para gestionar una fuerza de trabajo más móvil, diversa y autorrealizada. Los líderes del futuro tendrán que ser flexibles, abiertos y ágiles, y sobre todo tener una inteligencia emocional muy desarrollada. La habilidad para conectar, inspirar y dar poder a los distintos miembros de la compañía será la clave del líder que quiera el éxito y no la mediocridad.